Para Federico García Lorca, en la infancia encontramos la esencia de la poesía: imaginación, traslación de la realidad, emoción…, juego. Para el escultor Constantine Brancusi, “cuando dejamos de ser niños, estamos muertos.”
En esta representación, se propone un acercamiento entre la historia metafórica de El Principito y los niños a través de la creación de un universo poético formado por unas marionetas en el que las palabras, los personajes y la música ayudan a estimular la imaginación y las emociones, aclarando conceptos básicos e importantes entre las relaciones humanas.