Una obra muy original en la que los protagonistas son dos centenarias marionetas de un viejo teatrillo a las que dan vida los actores Omar Sánchez y J.R. Torres. Cuando descubren que su amo va a retirarlas, intentan remediarlo ensayando duramente una de las piezas que interpretan en su pequeño escenario, Lazarillo de Tormes. Pero, por más que se esfuerzan y perfeccionan su interpretación, la cosa no mejora, ya que el problema está en el desinterés de los niños por el teatro y por ese tipo de historias. Así pues, el reto no sólo es que la función continúe, sino capturar al público con las andanzas de un joven sirviente que ha de sobrevivir al hambre y a las tretas de sus amos.
La obra original representa una infancia en pleno S.XVI, remarcando mensajes como la importancia de luchar por uno mismo, por salir adelante.