(Beatriz Berrocal)
Mi padre es la caña, chaval!
Es más alto que un castillo
pero juega con nosotros
a gatas por el pasillo.
Sabe hacer arroz con leche,
natillas y flanes de huevo,
y prepara unos helados
para chuparse los dedos.
Tiene un poco de barriga,
solo un poco, nada más,
pero dice que se llama
“curva de felicidad”.
Solamente hay una cosa
que me deja de gustar:
él también está empeñado
en enseñarme a nadar.